La contaminación de las fuentes hídricas esta siendo una de las problemáticas del mundo moderno que esta llevando a plantear la necesidad de cambios y desarrollo de estrategias a nivel nacional e internacional, para detectar las acciones causantes de la destrucción de ríos y mares y buscar soluciones sostenibles que permitan el uso y conservación de los recursos hídricos.

En Panamá, desde hace aproximadamente 29 años, decenas de activistas han luchado por la conservación y protección de una de las fuentes hídricas más importantes del país: la cuenca hidrográfica 146 del Río Pacora.

Hoy en día, los niveles de contaminación en diversas áreas de este afluente se han incrementado y son casi inconmensurables, desde 1992 cuando se presentaron las primeras denuncias de los daños causados al río a través de un informe realizado por la Escuela de Geografía de la Universidad de Panamá, según señala el diario La Prensa.

En una visita a la parte media de la cuenca se corroboró los niveles visibles de contaminación del río que pasa por el corregimiento de las Garzas; residentes de la barreada La Mireya señalan como este, después de ser un lugar de recreación natural, en los veranos se seca y se forma capas de mohosidad por los desechos que corren en él, sin mencionar el olor de las aguas fétidas.

La extracción de materiales y la construcción de barreadas cerca del río han sido causantes de la destrucción de gran parte del bosque que protege esta fuente hídrica y ha conllevado a otras formas de contaminación.

En un informe presentado por la subcomisión de la Asamblea Nacional que desarrolló la ley para la protección de la parte alta de la cuenca 146, se destaca que las aguas servidas de la barreada Pacora Garden y de la cárcel La Joya son vertidas directamente al Río Pacora, por lo tanto, son causantes de contaminación.

Maribel Velázquez miembro de la comunidad de San Martín y defensora de la cuenca hidrográfica del Rio Pacora señala que “si siguen haciendo proyectos de barreada para acá (san martín), en Las Garzas van a estar más contaminados porque van a contaminar lo poquito que tenemos de agua dulce”.

Residentes de la comunidad de San Martín han llevado por años una lucha con la construcción de proyectos urbanísticos en el sector que esta teniendo fuerte impacto en el ecosistema del río. Actualmente, la ley 24 del 23 de septiembre de 2019, solo protege la parte alta de la cuenca, mientras que la parte media y baja siguen siendo objeto de contaminación y destrucción ambiental.

Para defensores del río pacora, la ley aplicada por el legislativo no es suficiente, ya que, al no estar protegida la parte media y baja, canteras siguen extrayendo materiales y barreadas siguen construyéndose, sin medir en el daño irrevocable que le hacen a una fuente de agua potable que sostiene a miles de panameños.

Dentro de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible publicado en el 2015 por la Organización de las Naciones Unidas, se contempla en el objetivo 6 “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas y todos”. Para esto, los estados deben considerar de vital importancia la protección de las fuentes hídricas de agua dulce que abastecen de agua potable a la población y que aún mantienen un nivel de contaminación rescatable.