La Responsabilidad Ética del Periodista en la cobertura de comunidades vulnerables
Uno de los principales retos a los que se enfrenta cualquier periodista a la hora de cubrir temas sensitivos es la protección de sus fuentes. Corresponde a un dilema ético dentro de la profesión, precisamente por la vulnerabilidad a la que se está exponiendo a una o varias personas, lo que roza la línea entre dar a conocer la situación e irrespetar el derecho a la intimidad y dignidad.
La cobertura que se le dé a comunidades vulnerables como lo son: migrantes, víctimas de violencia, minorías religiosas, grupos marginados, entre otros; recaen en la responsabilidad ética del periodista, quien se ve obligado a equilibrar el interés público con la protección de los derechos y la dignidad de las personas afectadas, teniendo que evitar caer en la revictimización y la estigmatización.
Se han escrito artículos sobre lo cuidadoso que debe ser el periodista en estos temas, e incluso, se han dado consejos tanto para proteger a las fuentes que pueden correr peligro por informar, como para no caer en la revictimización e insensibilidad a la hora de dar a conocer un hecho delicado.
Media Matters for Democracy (MMD) en Islamabad forma al periodista para informar éticamente acerca de comunidades marginadas, aconseja sobre cómo acercarse a las fuentes e invita al profesional a reflexionar sobre su toma de decisiones éticas con el método de “Análisis Moral Sistemático”, el cual consiste en meditar las siguientes preguntas:
¿Cumple la noticia una responsabilidad periodística?, ¿Es de interés público?, ¿Favorece alguna función de vigilancia?, ¿Sirve a los valores tradicionales de la información?, ¿Causará daños físicos, financieros o de reputación? En caso afirmativo, ¿está justificado el daño?, ¿Promueve la acción el bien general de la sociedad? Ricchiardi (2024).
De esta manera, es evidente que la reflexión es una cualidad importante dentro del campo del periodismo, pues un paso en falso podría arruinarle la vida a cualquiera, incluso al mismo comunicador.
Pero el periodista es un profesional que nunca debe dejar de instruirse, por eso resulta útil consultar materiales como el “Manual para periodistas: informar sobre personas refugiadas y migrantes frente a los desafíos de la movilidad humana”, un libro que funciona como guía para abordar la migración dentro del periodismo.
Siendo un tema que aún cuenta con varios estigmas, es importante que el periodista sea capaz de abordar la narrativa de la migración de manera imparcial, quitando sus propios prejuicios del paso, evitando exageraciones, sensacionalismo y generalizaciones; son algunos de los consejos que dicta García (2024) dentro del manual.
Lo ideal siempre va a ser que el comunicador comparta información verídica y respaldada con datos precisos que fomente un discurso público informado y desafíe los discursos de odio, recomienda García (2024).
Entonces, es preciso decir que la ética de un buen periodista está conformada por la veracidad de sus datos, los mismos que debe compartir para cumplir con su misión de hacer pública una información que lo requiera.
Sin embargo, ¿qué tan aplicable es dicha misión en los casos donde hay víctimas de violencia? En octubre de 2024, la Universidad CEU Cardenal Herrera dio una jornada de concienciación sobre la cobertura de casos con víctimas, donde los expertos defendieron el código deontológico como forma de salvaguardar el rigor periodístico y el derecho de las víctimas. En este espacio se contrastaron dos derechos que suelen enfrentarse en situaciones afines: el derecho a la información y el derecho a la intimidad, como se señala en el artículo publicado por Actualidad CEU (2024).
Es importante recordar constantemente que la responsabilidad de no invisibilizar a la víctima, pero tampoco revictimizar cae completamente en el periodista; muchas veces no se trata de escoger entre qué información decir y cuál no dar a conocer, sino de cómo comunicar, porque como el comunicador escriba la nota es cómo será percibida.
Es así cómo se logra definir que la ética periodística simplemente está conformada por la reflexión, educación y responsabilidad del periodista que, al practicarla constantemente, termina siendo parte de su sentido común.
Como servidor público, todo periodista o comunicador social está obligado a mantener la ética en su trabajo, tanto para defenderse a sí mismo como para evitar perjudicar a terceros, especialmente cuando se cubren casos que involucran a sectores vulnerables de la sociedad; el periodista debe ser herramienta para darles justicia no vergüenza pública. Un deber que debe ejercer con responsabilidad
Fuentes:
IJNet. (s. f.). Ética para proteger a las fuentes vulnerables. IJNet.
ACNUR. (s. f.). Informar sobre personas refugiadas y migrantes frente a los estereotipos. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Medios UCHCEU. (s. f.). La ética periodística, fundamental en el tratamiento de víctimas. Universidad CEU Cardenal Herrera.
La autora es Estudiante de Periodismo
