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La Brújula Moral Interna

Por: Eduardo Soto | Publicado el: 13 November 2025



Imagina esta escena: eres contador y tu jefe te pide que "maquilles" un reporte para que los resultados se vean mejor. No es esconder un desfalco, solo darle un mejor aspecto al trabajo del año. Técnicamente no es ilegal. Debieras preguntarte: ¿Es solo una “viveza”? ¿O es algo que se enfrenta a quién soy en el fondo?

En la vida universitaria y profesional, estos dilemas son el pan de cada día. No vienen con un manual de soluciones. Para navegarlos, necesitamos un mapa más sofisticado. Hoy exploraremos tres conceptos que pueden ser tu brújula: lo inmoral, lo antiético y la opción fundamental.

Lo Inmoral: Cuando Sabes la Regla y la Rompes

Empecemos por lo obvio. Algo es inmoral cuando violas conscientemente un código ético establecido. Es la acción concreta que sabes que está mal, pero la haces igual. Es copiar en un examen, mentir en una práctica o apropiarte del crédito de un trabajo ajeno.

La clave aquí es la conciencia y la voluntad. Lo inmoral son tus propias transgresiones. Es como ver un semáforo en rojo y decidir pisar el acelerador. El problema es claro, específico y el responsable eres tú. En el mundo profesional, equivale a violar el código de ética de tu carrera. Es reprobable, pero a menudo, reparable. Básicamente, es meter la pata con pleno conocimiento.

Lo Antiético: Cuando el Sistema Es el Villano

Ahora, subamos de nivel. ¿Qué pasa cuando la falla no es de una persona, sino de todo un sistema? Aquí entra en juego lo antiético. Algo es antiético cuando es opuesto por naturaleza a un principio fundamental. No es solo una violación; es una contradicción estructural.

Piensa en una empresa con un hermoso código de "sostenibilidad" que, sin embargo, depende de la explotación laboral en otros países. Su modelo de negocio es antiético a la justicia social. El problema no es solo un gerente inmoral (que podría haber), sino que la estructura misma va en contra de un principio ético básico.

En la universidad, un sistema que premia memorizar datos por encima del pensamiento crítico es antiético al propósito mismo de la educación superior. Lo antiético nos obliga a mirar más allá de las acciones individuales y a cuestionar las estructuras que, por diseño, generan injusticia.

Tu Opción Fundamental: La Brújula Interna

Hemos hablado de acciones y sistemas. Pero, ¿qué hay de ti? De la teología moral nos llega un concepto profundamente humano: la Opción Fundamental. En pocas palabras: no es una decisión que tomas un martes a las 3 de la tarde, sino la dirección constante de tu vida, la tendencia profunda de tu carácter.

¿Estás orientado, fundamentalmente, hacia la honestidad y la justicia? ¿O hacia el éxito personal a cualquier costo? Tu Opción Fundamental no se define por un desliz puntual (todos los tenemos), sino por la trayectoria de tu vida. Es el "norte" de tu brújula moral personal.

¿Y si no eres religioso? El concepto es igualmente útil. Responde a la pregunta: ¿Qué quiero servir con mi vida y mi profesión? Un ingeniero puede tener una opción fundamental por la seguridad pública. Un periodista, por la verdad posible. Esta opción es lo que te da coherencia. Al enfrentar una decisión, no solo preguntas "¿Esto está permitido?", sino "¿Esto está alineado con quien soy y quiero ser?".

Cómo se Relacionan: El Triángulo del Drama Ético

Estos tres conceptos no viven en burbujas separadas. Interactúan creando la trama de nuestras vidas:

  1. Tu brújula se forja (o se desvía) con tus actos.Una serie de decisiones inmorales (copiar, engañar, aceptar coimas) puede, con el tiempo, reorientar tu brújula interna. Te vas convirtiendo en una persona para la cual la trampa es aceptable.
  2. Un sistema corrupto puede oxidar tu brújula.Trabajar o estudiar en un ambiente antiético a tus valores (como una cultura de competencia despiadada) puede erosionar lentamente tus principios, normalizando lo que antes considerabas inaceptable.
  3. Una brújula sólida detecta los sistemas podridos.Si tu opción fundamental apunta firmemente a la justicia, serás capaz de identificar y rechazar ofertas laborales o sistemas que, aunque lucrativos, sean estructuralmente injustos.

Un caso práctico: Te ofrecen un trabajo en una empresa que promociona comida chatarra para niños. Redactar el anuncio no es necesariamente inmoral (no viola una ley). Pero si tu brújula apunta a la salud pública, percibirás que ese modelo de negocio es antiético a tu principio fundamental. Rechazarlo sería un acto de coherencia.

Forja Tu Propia Brújula

En el mundo real, las decisiones rara vez son entre el bien y el mal absolutos. Son grises, complejas y llenas de presiones. Tener un vocabulario ético rico —que incluya no solo lo inmoral, sino también lo antiético y la Opción Fundamental— nos da herramientas para analizar estos dilemas con mayor profundidad.

Tu desafío no es solo aprender a no hacer cosas inmorales. Es algo mucho más ambicioso: forjar una brújula interna sólida que te permita navegar con integridad. Al final, la pregunta más importante no es "¿Qué debo hacer?", sino "¿En qué clase de persona me estoy convirtiendo?". La respuesta a eso lo define todo. Incluido si ese reporte contable "maquillado" lleva tu firma, o no.

El autor es Periodista, licenciado en Ciencias teológicas y Derecho y Ciencias Políticas

La responsabilidad de las opiniones expresadas y la publicación de los artículos, estudios y otras colaboraciones firmadas, corresponde exclusivamente a sus autores, y no la posición del medio.

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