“El Cisne Negro”, aquel joven maestro del periodismo nacional
En medio de las celebraciones y efemérides de fiestas patrias en nuestro país, cabe resaltar, además, que el 13 de noviembre de cada año se conmemora “El Día del Periodista”, a razón, reflexión y recordación de aquel joven autodidacta y virtuoso que se formó a sí mismo mediante la lectura y la escritura de versos sencillos y complejos, pero con profundos sentimientos de identidad social y nacionalista: Gaspar Octavio Hernández.
Aquel panameño apasionado de las letras, de sus poesías y poemas que se identificaron siempre con la conciencia social, la naturaleza, la belleza, el amor y la patria, fue la inspiración para escribir aquel canto: El Canto a la Bandera. Este baluarte de la cultura pereció un 13 de noviembre de 1918, frente a su mesa de redacción, ejerciendo con altruismo, responsabilidad y dedicación la labor periodística que siempre lo destacó; todo esto a consecuencia de aquella infección bacteriana altamente contagiosa, TB, y causante de una hemoptisis que le comprometió los pulmones y que, al parecer, se había propagado a otros órganos de su cuerpo.
En su momento, la escritora Elsie Alvarado de Ricord tuvo la oportunidad de describir la figura de Gaspar Octavio Hernández como “un auténtico hijo del pueblo, acosado por necesidades vitales, y ornamentó sus versos con una vasta riqueza verbal que muestra su apreciable cultura lograda mediante su propio esfuerzo”, mientras que Demetrio Korsi lo clasificó como el “gran poeta negro, doloroso, exótico, sincero y desventurado”.
Por su parte, el sociólogo y catedrático de la Universidad de Panamá, Dr. Alfredo Figueroa Navarro, considerado como uno de los grandes ensayistas del Panamá contemporáneo y también Premio Universidad 2021, lo definió literariamente como “El Cisne Negro”, en su libro Vida y obra de Gaspar Octavio Hernández…, en el que describe la historia, obra y legado de este importante exponente de la crítica y la investigación periodística, que en su época fue duramente discriminado por su negritud, igual que lo hicieron contra aquel político, abogado y también periodista panameño, Carlos Antonio Mendoza Soto, a quien la historia panameña registra como tercer presidente de Panamá (marzo a octubre del año 1910), primer presidente afro panameño.
Gaspar Octavio Hernández, “El Cisne Negro”, nació y creció en calle 14 Oeste, en el populoso barrio de Santa Ana. Tuvo como destino aquella vocación y misión de ser periodista. Y, a sus cortos 25 años, hizo de la pluma un bisturí, una espada para denunciar las “lacras sociales”. Combativo y rebelde, sin ataduras ni concesiones al poder establecido de su época, se ganó muchos enemigos y adversarios en su recorrido profesional, enarbolando siempre y en lo alto las banderas de la ética y la dignidad de la profesión, y por el respeto a los derechos y a la verdadera libertad de expresión.
Vale también destacar que este panameño, proveniente de las entrañas del barrio de Santa Ana, en los poemas conocidos como “A Panamá”, “Azul”, “Íntima”, “Alma Patria”, el “Cisne Negro”, desde ese entonces, señaló la amenaza que era para los panameños la presencia norteamericana por la construcción y la administración del Canal.
A pesar de su formación autodidacta, siempre vio la educación como el pilar del progreso y sentido nacional —que, a su juicio, debía intensificar su acción para dignificar al hombre y ennoblecer el carácter y emanciparnos de todos los prejuicios sociales y religiosos en nuestra sociedad—. Es a partir de allí que esbozó y afirmó aquella frase: “Lo que no se comprende, no se ama; y lo que no se ama, se olvida.”
Fue un pensador y defensor de los valores, las tradiciones y la cultura de su país, siempre muy orgulloso de sus raíces negras. Un profesional muy crítico hacia aquellos colegas de su época que dejaban en entredicho la profesión del periodismo, por no querer leer, pensar, analizar e investigar a fondo los hechos o sucesos a la hora de redactar una noticia; así como también hacia aquellos que optaban por improvisar o distorsionar la noticia, alejados de toda objetividad y ética profesional, solo para cumplir con las peticiones de la jerarquía o para llenar aquella columna periodística en el tabloide.
Al recordar y cumplirse 107 años del fallecimiento de Gaspar Octavio Hernández, vale la pena revisar si se está cumpliendo realmente, con objetividad, esa importante tarea y misión de buscar e informar sobre la verdad, con ética, profesionalismo y objetividad los hechos, sucesos y acontecimientos que a diario ocurren en nuestro país y en otras latitudes. Qué interesante sería reflexionar y preguntarnos hoy: ¿cuántos profesionales del periodismo, en medio de este mundo moderno y complejo, defienden esos valores éticos, morales y esos principios que defendió y que identificaron el pensamiento y la acción de “El Cisne Negro”? Bueno, creo que cada profesional y especialista en el periodismo ha de tener en sí mismo la respuesta.
¡Honor y Gloria a Gaspar Octavio Hernández!
El autor es Comunicador Social


