Tratado de Chapultepec y la libertad de expresión
El Tratado de Chapultepec se extendió en un momento de la historia del mundo particularmente significativo, a saber, la Conferencia Interamericana sobre Problemas de Guerra y Paz, que se celebró en marzo de 1945 en el Castillo de Chapultepec, México. En ese escenario posbélico, participaron veintiún repúblicas americanas lo cual se reunieron para afianzar la solidaridad continental.
Este tratado, encabezado por personas como el presidente mexicano Manuel Ávila Camacho, enfatizó la necesidad de proteger la libertad de expresión como un derecho inalienable. De esta manera, el tratado produjo nueve declaraciones que condenaron la censura y promovieron el libre intercambio de ideas y reconocieron que estas libertades eran fundamentales para la democracia y la paz regional.
Tal como lo estipula el documento oficial de la OEA (1945), este tratado supuso un paso significativo hacia el reconocimiento de los derechos humanos individuales frente a las violaciones estatales. Más allá de su contexto histórico, el Tratado de Chapultepec estableció principios concretos que han contribuido al derecho internacional en materia de derechos humanos.
En particular, la Declaración I afirmó que «la libertad de expresión e información es indispensable para el funcionamiento de una sociedad democrática», y la Declaración IV prohibió toda forma de monopolio de los medios de comunicación. Estos argumentos se plantearon en un contexto de tensión geopolítica, cuando países como Estados Unidos intentaron contrarrestar la propaganda fascista y comunista.
En consecuencia, el impacto del Tratado de Chapultepec en los derechos humanos se manifiesta en su papel como preludio de los mecanismos regionales de protección. En las décadas siguientes, sirvió como referente para las violaciones a la libertad de prensa en países como Argentina y Chile bajo sus respectivas dictaduras militares, donde los periodistas aplicaron sus principios para exigir justicia.
En el ámbito jurídico, puentes como (por lo tanto) y (además) en textos jurídicos de origen interamericano marcan su posición dentro del sistema interamericano, facilitando las soluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, aún surgen complicaciones, como la autocensura en escenarios de corrupción política, que requiere un uso continuo. Según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
La vigencia del Tratado de Chapultepec reside en su capacidad para aplicarse a nuevas amenazas contra los derechos humanos, como la ciber vigilancia y las noticias falsas. En un mundo conectado, sus declaraciones instan a los Estados a garantizar entornos pluralistas donde la información circule sin obstáculos injustos, facilitando así la participación ciudadana activa.
Además, el Tratado de Chapultepec ejerció influencia al inspirar la redacción de la Carta de la Organización de los Estados Americanos en 1948, donde se añadieron cláusulas adicionales sobre la promoción de los derechos fundamentales en el ámbito hemisférico. En esta perspectiva, durante la Guerra Fría, sus principios ayudaron a contrarrestar los planes de control ideológico de los gobiernos intervencionistas.
Bibliografía
- Organización de los Estados Americanos (OEA). (1945). Actas y Documentos de la Conferencia Interamericana sobre Problemas de Guerra y Paz. Recuperado de https://www.oas.org.
- Glendon, M. A. (2001). Derechos Humanos: Historia de una Idea. Madrid: Taurus. ? Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). (2019). Informe sobre Libertad de Expresión en las Américas. Washington, D.C.: OEA.
- Organización de los Estados Americanos (OEA). (2020). Revisión del Tratado de Chapultepec: 75 Años de Impacto. Recuperado de https://www.oas.org/es/cidh.
- Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). (2022). Evolución del Sistema Interamericano: Influencia del Tratado de Chapultepec. Washington, D.C.: OEA.


