La trata de personas y la explotación sexual representan uno de los crímenes más atroces y lucrativos a nivel mundial, solo superados por el tráfico de drogas y armas en términos de rentabilidad. Este fenómeno tiene raíces profundas en diversos factores socioeconómicos y contextos de vulnerabilidad que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Entre los principales delitos de lesa humanidad se encuentra la trata de personas. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que: “la trata de personas es: el reclutamiento, transporte, traslado, acogida o recepción de personas mediante la fuerza, el fraude o el engaño, con el objetivo de explotarlas con fines de lucro.

Aquí no existe discriminación, ya que hombres, mujeres y niños de todas las edades y de todos los orígenes pueden convertirse en víctimas de este crimen, que ocurre en todas las regiones del mundo. Los traficantes a menudo utilizan la violencia o agencias de empleo fraudulentas y falsas promesas de educación y oportunidades laborales para engañar y coaccionar a sus víctimas”

En Panamá, el Observatorio de la Violencia del Sistema Nacional Integrado de Estadística Criminal (SIEC) reportó de forma preliminar que entre 2018 y 2022 cerca de 173 denuncias por el delito de trata de personas.

Los años con mayor número de registros fueron 2019 con 61 denuncias y 2018 con 38 denuncias, mientras que el año con menos sucesos fue 2020 con solo 19 denuncias, según informes publicados durante el primer semestre de 2023.

Panamá, Chiriquí y Panamá Oeste, estas provincias han sido destacadas en los informes por su mayor incidencia de denuncias. La concentración de denuncias en estas áreas podría deberse a su relevancia económica, niveles de urbanización y, en algunos casos, su proximidad a rutas de migración. Las ciudades más grandes y económicamente activas suelen atraer a más víctimas y perpetradores debido a las mayores oportunidades de explotación y la mayor movilidad de las poblaciones vulnerables.

En el complejo panorama de la trata de personas, un delito que persiste globalmente como una grave violación de los derechos humanos, resulta crucial explorar las dinámicas subyacentes y las estrategias para combatir este flagelo.

Conversamos con el profesor universitario Carlos F. González, reconocido Psicólogo-Criminólogo con una vasta experiencia en el análisis de delitos complejos, ofrece una perspectiva fundamentada sobre los factores de riesgo, las tácticas de los traficantes y los desafíos legales y sociales en la lucha contra la trata de personas. En esta  conversación exploraremos sus reflexiones sobre cómo enfrentar este problema desde diferentes ángulos, buscando arrojar luz sobre un tema que demanda atención urgente y acción coordinada a nivel global.

IC: Causas y Factores de Riesgo la trata de personas 

CG: Las causas de la trata de personas y la explotación sexual son multifacéticas y complejas. La pobreza extrema, la inequidad, el desempleo y la informalidad laboral son factores críticos que contribuyen a que muchas personas, especialmente mujeres y niños, se encuentren en situaciones de alta vulnerabilidad. La migración forzada, impulsada por crisis económicas y sociales, también aumenta significativamente el riesgo de ser captados por redes criminales. Estas organizaciones encuentran en la desesperación y la falta de oportunidades el terreno fértil para reclutar a sus víctimas mediante engaños, coerción o secuestro.

IC: Perfil de las Víctimas

CG: Las víctimas de la trata de personas son seleccionadas meticulosamente por traficantes que buscan individuos en situaciones de vulnerabilidad extrema. Las promesas de empleo, las ofertas engañosas y las falsas oportunidades de una vida mejor son tácticas comunes utilizadas para enganchar a las víctimas. En algunos casos, las víctimas son seleccionadas específicamente para satisfacer las demandas de ciertos clientes, lo que subraya la crueldad y la naturaleza calculada de estos crímenes.

IC: Estructura de las Organizaciones Criminales

CG: Las organizaciones dedicadas a la trata de personas operan con una estructura y jerarquía bien definidas, similar a las organizaciones involucradas en el tráfico de drogas y armas. Estas redes suelen estar compuestas por grupos familiares, con roles específicos asignados a cada miembro. Su capacidad para operar en múltiples países mediante filiales interconectadas les permite maximizar sus ganancias ilícitas mientras minimizan los riesgos de detección.

IC: Patrones Geográficos y Demográficos

CG: La trata de personas es un fenómeno global que afecta a todas las regiones del mundo. Las víctimas, en su mayoría, son mujeres, niños y migrantes, que son explotados no solo sexualmente, sino también en el tráfico de órganos y la pornografía. Los métodos utilizados por estas organizaciones incluyen la captación, el traslado y la explotación de las víctimas. Estos criminales no ven a las personas como seres humanos, sino como mercancías para generar ingresos.

IC: Métodos de Captación y Retención

CG: Los traficantes emplean una variedad de técnicas para captar y retener a sus víctimas. Las ofertas de trabajo engañosas, las redes sociales y el contacto personal son métodos comunes para atraer a personas vulnerables. Una vez captadas, las víctimas son trasladadas utilizando documentos falsos y transportes discretos. La retención se logra mediante el control y las amenazas, la confiscación de documentos y la violencia física y psicológica.

IC: El Papel de la Tecnología y las Redes Sociales

CG: Las tecnologías y las redes sociales han potenciado el negocio de la trata de personas, facilitando la captación, explotación y control de las víctimas. Operando desde la “deep web”, estas organizaciones pueden actuar con impunidad, incrementando el número de víctimas y dificultando su detección.

Podemos decir que la trata de personas y la explotación sexual son crímenes que requieren una respuesta global coordinada. Es fundamental que los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil trabajen juntos para desmantelar estas redes criminales y proteger a las víctimas.

En este sentido, es importante destacar la importancia de la labor que realizan instituciones como la Fundación OUR Panamá, junto con la Comisión de Trata y CONAPREDES, para Panamá, quienes desarrollan varios aspectos fundamentales como lo son:

Prevención y Sensibilización: Estas organizaciones juegan un papel crucial en la sensibilización pública sobre la trata de personas, educando a la comunidad sobre los riesgos, las señales de alerta y los derechos de las víctimas.

Protección de las Víctimas: Trabajan activamente para proteger a las víctimas identificadas y potenciales de la trata de personas, ofreciendo apoyo emocional, legal y social, así como facilitando el acceso a servicios esenciales.

Coordinación Interinstitucional: Colaboran estrechamente con autoridades locales, agencias gubernamentales y organizaciones internacionales para coordinar esfuerzos en la identificación de redes criminales, el rescate de víctimas y la persecución de los responsables.

Impacto Social y Económico: Reducir la incidencia de la trata de personas no solo protege los derechos humanos fundamentales, sino que también contribuye positivamente al desarrollo social y económico del país, promoviendo un ambiente seguro y justo para todos los ciudadanos.

Estas organizaciones desempeñan un papel significativo no solo en la protección de los derechos humanos, sino también en la construcción de una sociedad panameña más segura, justa y resiliente frente a este grave delito.